CUENTO.

EL CAZADOR DE AVES.



Había una vez en un bosque encantado muy lejos de las grandes ciudades a las afueras de Nueva York, vivían unos animales antiquísimos todos estaban unidos y siempre protegiéndose y cuidándose unos de los otros.
Todos ellos se montaban sus ferias haciendo instrumentos musicales de madera, flautas, armónicas, silbatos…   y cada uno de ellos tocaban melodías diferentes con mucha alegría y bailaban por las noches en el bosque después de haber cenado todos juntos amigos de compañía.
Al acabar el festejo todos se iban a sus lugares correspondientes para irse a dormir, excepto una amigo muy especial de todos ellos. El Búho… el búho vigilaba todas las noches,  estaba discretamente escondido detrás de unos arboles donde nadie podía ver , ni siquiera sus ojos brillar, sino él es el que estaba expectativa de todos los sonidos extraños, como por ejemplo: pisadas o pasos de inquilinos desconocidos al lugar.
Una mañana mientras todos estaban lavándose en los lagos y ríos más cercanos del bosque, paso un cazador que detecto las huellas en el suelo de animales diferentes, mientras todos estaban fuera refrescándose y chapuceándose en el agua fresca de la mañana, el Búho estaba dormido plácidamente.
El cazador al escuchar que se iban acercándose algunos animales, rápidamente se escondido detrás de unas grandes ramas  y pudo observar toda la clase de animales que iban llegando contentos y cantando con mariposas volando y pajaritos cantando. De pronto cayo una buena cagada del Búho encima de la cabeza del cazador y se resbalo entre las hojas secas que habían en el suelo del susto que se pego. Enseguida el león y el tigre empezaron a olfatear y a pasearse por los alrededores, cosa que el cazador muy listo se quito los zapatos y empezó a correr en dirección contraria por la que el había llegado. El elefante con su trompa empezó a gruñir. El gorila a dar vocear y el mono a gritar.
Aquel día por la noche después de cenar montaron de nuevo su diversión con sus instrumentos y melodías para empezar a bailar.
Cuando ya estaban agotados y cansados de haber estado por la mañana cazando peces y otros crustáceos. El hipopótamo, el cochinillo, el ciervo, la cabra, el zorro, el conejo, el caimán, la jirafa, la avestruz, el gorila, el mono, el elefante, el hipopótamo, el rinoceronte y el resto  se reunieron todos alrededor de su amigo el Búho para contarle lo que observaron por la mañana  mientras él permanecía dormido. El Búho cuando supo lo que sus amigos le habían contado, les advirtió que se durmieran tranquilos, por que por la noche estaría vigilando.
Una mañana mientras algunos de ellos se fueron hacia el gran lago para bañarse y cazar peces otros se quedaron en el bosque comiendo fruta de los árboles.
El cazador se dirigía hacia el lugar que tanto le había  gustado. Era un hombre muy listo y se ganaba la vida atrapando todo tipo de aves. Al llegar se escondió detrás de unos arbustos y se coloco a unos doce metros de ellos. El Búho mientras dormían el resto de los animales más pequeños andaban distraídos y comiendo. El hombre comenzó a imitar muy delicadamente a las aves y la avestruz se hecho a correr con el resto de pájaros que salían de las pocas de los árboles y el cazador lanzó una red y la atrapo con algunos pájaros dentro y comenzaron “pioar”,  aquel piropeo de pájaros no era normal y ha todos les pareció unos sonidos poco habitual. Los animales que estaban en el agua salieron corriendo como fieras salvajes, el león y el tigre se dirigieron hacia donde se escuchaban los pájaros y el cazador se hecho a correr al ver que dos animales se les iba encima para cortar con los dientes la red. Los pájaros que habían sido atrapados se dieron un gran susto, por que otros no les llego la red y se libraron del susto, la pobre avestruz que empezó a sacudirse las plumas y se abrazo a sus amigos, al tigre y a el león.
Al  día siguiente todos los animales prepararon un plan, al saber que ya vieron de era un humano y que iba con la intención de cazar su amida la avestruz.  
Se pusieron de acuerdo y prepararon unas tablas de madera con plumas que les ofrecieron sus amigos los pájaros, incluso alguna pluma de la avestruz,  plumas del caimán y también un pavo real les ofreció algunas de sus plumas.
Los animales recogieron la red que había traído el cazador y el chimpancé hizo algunos tirachinas.
Por la tarde cuando el cazador se acerco, las maderas empezaron a bajar poco a poco. El gorila tiro de la red y  cazador empezó a ver que se caían tablas de madera al suelo con una montonera de plumas y se quedo mirando hacia arriba mientras el chimpancé lanzo un coco con el tira chinas y le fue directo a la cabeza. El cazador empezó a gritar, se marcho corriendo y ya no volvió nunca más.           

       
  
   
           

  

Comentarios

  1. Me ha encantado haberte encontrado Escribes bellísimo

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  2. HOLA MONICA... Primero felicitarte por como has plasmado la importancia de una comunidad unida, que se apoya y ayuda ante las contingencias, ojala muchas comunidade3s de humanos hicieran lo mismo.
    Veo que has estrenado una seguidora nueva, buena amiga y seguidora de mi Blog Recomenzar, me alegro que le haya gustado tu escrito...
    Saludos...

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  3. Hola buenas noches Llorenç.

    Así es, ojala los humanos estuviésemos tan unidos como lo hacen los animales.
    Ya veo que tengo una seguidora tuya Recomenzar, un nombre poco habitual pero con mucho sentido. Eso es lo que estoy haciendo yo volviendo a recomenzar. Me alegra mucho saber que le gusten mis cuentos.

    Saludos

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  4. Bienvenida Recomenzar. Me alegro mucho que sea de tu agrado mis cuentos.

    Un saludo.

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