MARTINA.

LA COPA DE BARRO Erase una vez, dos vendedores que iban de pueblo en pueblo con sus grandes carros vendían todo clase de objetos. Uno de ellos, era muy mezquino y se llamaba Juan, el otro Santiago el más bondadoso. Un día los dos vendedores decidieron ir juntos al mismo pueblo, a vender sus artículos. Saliendo de buena mañana, cada uno de sus casas, Santiago le dijo… - Buenos días Juan. Juan le respondió, - ¿ ha dónde vas ?, le pregunto. Santiago le respondió, voy al pueblo a vender mis objetos. El muy astuto de Juan, le dijo sin pelos en la lengua. – Vaya !! pero si yo también voy al pueblo a vender mis cosas y no permitiré que arruines mi trabajo. Santiago le respondió con claridad, ¿ por qué no hablamos detenidamente para llegar aun acuerdo, que nos puede beneficiar a los dos ?. Juan, le respondió. – Vale, vale, de acuerdo, aunque todavía no me quedo muy confo...