RAMIRO DE VACACIONES.
LA ALDEA.
Erase una vez un joven matrimonio llamado
Ramiro y Matilde. Ambos tenían una niña pequeña llamada Margarita a la que sus
padres la adoraban.
Un día Ramiro dijo.
-
Pasado mañana nos marchamos a la
aldea.
Margarita gozaba de alegría al oír a su padre
que se iban para la aldea, mientras se encontraba en su habitación leyendo un
grueso libro de cuentos clásicos.
Matilde ya sabia la noticia des de hacia casi
más de tres meses y solo le quedaba hacerle la maleta a Margarita.
Ramiro se dirigió al cuarto de Margarita y
entro.
-
Margarita, hija mía, ¿ dónde estas metida ?.
-
Aquí papá detrás de la puerta.
Margarita siempre tenia la costumbre de quedarse
leyendo detrás de la puerta de su
habitación, por que ahí tenia su estantería de cuentos clásicos, tebeos… etc.
Ramiro le respondió.
-
Margarita, pasado mañana nos marchamos
a la aldea de vacaciones, pero antes debo advertirte algunas cosas.
La niña cerro su libro y puso atención a su
padre.
-
Dime papá.
-
Mira, te advierto que la aldea, es
un lugar que esta rodeada de montañas, bosques y mucho monte donde hay animales
muy peligrosos, por eso debes tener en cuenta de no meterte por estos sitios.
Eres muy pequeña y todavía no conoces los animales que se comen a la gente,
mejor estarás alrededor de la casa, en la pradera y en la piscina.
-
Sí papá ya tengo cinco años.
-
No te preocupes…
-
Conozco los bosques peligrosos,
donde hay lobos que se comen a los niños y en los montes hay serpientes
venenosas y te mueres de repente. Y las águilas
salvajes también son malvadas cuando estas distraído bajan del cielo volando con
mucha velocidad y te dan un picotazo en la cabeza y te cogen con sus patas, largas
uñas y te llevan muy lejos para comerte. Además los mayores también tienen peligro, por
que también se los comen igualmente y no solo le pasan a los niños. Tu también no
te metas por el monte que hay muchas culebras y no son sardinas del río.
Ramiro al escuchar todas las cosas que le había
contado Margarita le dio un beso en la frente, la dejo tranquila con sus cosas
y se salió de la habitación muy tranquilo al ver que su hija parecía saber
mucho sobre los peligros que hay en los montes, bosques y montañas.
Matilde grito.
-
¡ Ha cenar ! - ¡Margarita, Ramiro,
la cena ya esta en la mesa !.
Mientras cenaban en la mesa la familia
conversaban sus cosas.
-
Mmmmmm !! que rica esta la sopa,
mamá.
-
Me alegro que te guste Margarita,
hija. Cuando acabes te voy a meter al baño, por que mañana tenemos que ir al
mercado.
-
Vale mamá, pero déjame jugar con
los patos en la bañera un rato.
-
Te dejare solo quince minutos, por
que mañana hay que madrugar.
-
De acuerdo mamá.
-
Matilde…
-
Dime, Ramiro.
-
Margarita ya sabe todos los
animales peligrosos que hay en los bosques y montes. Además ya es mayor, por que
ya tiene cinco años.
La familia al escuchar aquello brindaron en la
mesa con risas y a le alegrías.
-
Ja,ja,ja !! salud Margarita.
-
Salud, papá, ja,ja,ja !!.
-
Salud, mamá ja,ja,ja!!.
-
Salud hija, ja,ja,ja.
-
Chin, chin.
-
Chin, chin !!
Al acabar la cena Ramiro se quedo adormilado
en el sofá. Matilde metió Margarita en
la bañera y la dejo jugar quince minutos en el agua con sus patos.
Mientras tanto su madre vigilaba el horno de la
cocina una madalenas hechas de limón.
La madre de Margarita trabajaba en repostería casera
y los vendía por encargo.
Ramiro se dedicaba al diseño y decoración
tanto de interior como exterior de las casas.
Una mañana la familia mientras pasaban el
verano en la aldea Margarita se despertó y bajo a la cocina a desayunar.
-
Buenos días mamá.
-
¿ Dónde esta papá ?
-
Mmmmm !! que bien huele mamá !!
-
Buenos días Margarita. Tu padre se
levanto muy temprano esta mañana para ir al rio a pescar truchas.
-
Mmmm !! entonces hoy comeremos truchas
ricas y sanas pescadas del rio por papá .
-
Exacto hoy asaremos truchas con
patatas.
-
¿ Mamá que tienes en el horno que
huele tan bien?
-
Hija… Tengo bollos de leche con azúcar
y rellenos de naranja.
Margarita se puso enseguida a la mesa para
desayunar en compañía de su madre.
Al terminar el desayuno. Matilde saco del
horno las bandejas de bollos y las tapo con un papel especial para las
horneadas y las dejo en la despensa reposando.
Mientras tanto Matilde y Margarita se
marcharon a la pradera de la casa y extendieron sobre el césped las toallas y
se metieron con sus bañadores a la piscina.
Ramiro estaba de camino hacia la aldea con un
cubo de dos kilos de truchas en su mano izquierda y la cantimplora de agua
fresca en su mano derecha.
La madre e hija disfrutaban del agua fresca de
la piscina, pero ya se acercaba la hora de la comida y tenían que salirse de la
piscina. Las dos se secaran con las toallas. Entraron a casa y se dieron una
ducha y se vistieron para preparar as patatas al horno.
De pronto se escucho una voz cerca de casa.
-
¡¡ Holaaaaa !! ¡¡ ya estoy aquí !!.
-
¡¡ Fiu, fiu, fiu !!
-
¡¡ Matilde, Margarita !!
-
¡¡Fiu, fiu ,fiu !!
Matilde y Margarita des de la cocina
escucharon los gritos de Ramiro y salieron al encuentro por el camino.
Margarita estaba muy contenta al ver a su
padre, por que no lo había visto en todo en toda la mañana.
Ramiro venia también fresco pues el padre de
Margarita no le hacia falta la caña de pescar, se metía el mismo dentro del rio
con el bañador y las pescaba con las manos.
La familia se metieron a casa para preparar
las truchas asados para comerlas con las patatas.
Por la tarde Margarita les dijo a sus padres
que se iba con sus amigos de paseo en bicicleta. A lo que sus padres le dijeron
que antes de bajar la niebla tenia que esta en casa. Ramiro también comento que
se iba ha visitar a los vecinos de la Villa de arriba y Matilde dijo… Pues yo
aprovechare para leer y echarme un poco la sienta.
Margarita cumplió lo que sus padres le habían dicho
y llego a casa antes de que la niebla bajara por que después era muy peligroso
para en retorno por el camino.
Ramiro en cambio empezó a tardar mucho en
llegar a casa.
Matilde le dio la cena a su hija Margarita y a
la acompaño arriba al cuarto para ponerse el pijama y acostarla en la cama.
Matilde cada vez estaba más preocupada por
Ramiro. En las aldeas no había teléfonos en las casas y los móviles no existían.
Eran las nueve de la noche y des de las cinco
que la tarde no había vuelto. La niebla cada vez tapaba más las montañas y los
caminos.
Hasta que de pronto se escucho llamar a la
puerta.
-
¡¡ Tras, tras, tras, tras !!
Matilde todo asustada encendió la luz del
pasillo y abrió la puerta. Ramiro había sido investido por una manada de jabalíes.
Ramiro entro todo sudoroso, pálido con la cara muy blanca y casi sin aliento.
-
Ramiro ¿ qué te ha pasado ?.
Le pregunto Matilde.
-
Vengo de pasear por los caminos de
la Villa de abajo y estuve casi más de una hora encima de la roca, por que en
el bosque había seis jabalíes enormes y 14 jabalíes pequeños y me dio por imitarlos con la voz entonces empezaron
todos a gruñir y a dirigirse a mi.
Matilde le respondió.
-
¿ pero no dijiste que te ibas a
visitar a los vecinos de la Villa de arriba ?.
-
Sí, Matilde, sí pero por el camino
cambie de idea.
Un cuento misterioso que nos deja en suspense pero esperamos leer cómo termina en parte dos!!!! Besos
ResponderEliminarJajajaja !!! bueno haber que pasa en la segunda parte...
ResponderEliminarHola Monica... muy interesante las aventuras de la familia en un a aldea en mitad de la montaña, ya nos contaras si después del susto de Ramiro, vuelven a la ciudad, o continúan sus aventuras rupestres...
ResponderEliminarSaludos...
Hola Llorenç... Sí por supuesto que Ramiro vuelve a Barcelona, pero en la segunda parte aun se encuentra de vacaciones con su famila...
ResponderEliminarSaludos