FARMACIA DE GUARDIA.ESCRIBEME UN CUENTO.

EL VIAJE.

       



Había una vez, una familia pobre que se fueron de viaje, para celebrar la boda de un sobrino llamado Martirio en un lugar muy hermoso de Baleira.

La familia pasado ya por muchas ciudades y pueblos  montados en su carruaje. De pronto llegaron a un inmenso y tranquilo lugar de auténtico  capricho. Al rio de la Cortevella. La familia por un instante se empezaron  a preocupar para poder cruzar al otro lado del río. Los viajeros preguntaron a los campesinos más próximos. Les aconsejaron que viajasen de noche. La familia de Martirio no estaban muy conforme de viajar de noche a la luz de la Luna.

-          Mateo, el padre de la familia.
-          Preguntó.
-          ¿ Pero cómo nos vamos a orientar por la noche ? ¿ ha quién se le ocurre viajar de esta manera  ?.
-          Muy fácil caballero.
-          ¿ Respondieron los campesinos ?.
-          Deben guiarse siempre por las estrellas.
-          Mateo , dijo…
-          Me parece bien, pero yo no se guiarme a través de las estrellas, señor. Necesitamos a alguien que nos ayude para llegar hasta Baleira.

Por fin la familia consiguen viajar con un joven llamado Marco, hijo de unos de los campesinos del pueblo. Y así pues, Marco se subió al carruaje de la familia desorientada y perdida mientras el joven se tumbo en uno de los asientos con la barriga hacia arriba y observando las estrellas dirigiéndose a Baleira. De pronto el suave viento de aquella noche de verano, el joven se quedo dormido y algunos de la familia de Martirio, por lo que los caballos del carruaje tampoco sabían a donde debían dirigirse, hasta que se vieron hacia una dirección equivocada.
Mateo, el padre de la familia, se despertó y se vio perdido en medio de un desierto. Al despertarse todos se empezaron alarmar.


-          Pero como demonios te has podido quedar dormido jovencito. Le contesto, Mateo.
-          Fina, la esposa de Mateo, dijo…
-          Ya sabia yo que así no pueden hacer los tratos. Ahora estamos aquí como verdaderos burros en pleno desierto y encima nos quedaremos sin ir a la boda de mi sobrino Martirio.
-          Que vergüenza, vaya vergüenza me daría presentarme a la boda sin ir antes a la ceremonia.
-          Amalia, Flor, Blanca, Cristóbal, Jacinto y María, hijos de Mateo y Fina, al despertarse se asustaron y empezaron a preguntar.
-          ¿ Cuantos días estaremos aquí ? ¿ que haremos sin comer, ni beber ?.
-          El agua de la cantimplora no nos llegara para beber todos.
-          Dijo María, la más pequeña de sus cinco hermanos.

Mateo, muy enfadado pon el joven guía, intentó tranquilizar a todos sus hijos.
Tranquilizaros, soy vuestro padre, os aseguro que de esta saldremos todos sanos y salvos, de verdad podéis creerme lo que os digo.
El hombre a pie caminando sin parar como burro perdido y sin dueños, solitario por el desierto y mientras aun el joven guía seguía dormida a placer como si estuviese de hotel, no se es entero ni de la misa a medias.
Mateo desesperado y sin esperanzas ninguna, seguía cada vez más y más lejos de la familia y rendido de andar y andar sin para ni un sola minuto, sin beber ni una gota de agua, ni una pizca de pan o una simple manzana.

De pronto Mateo vio una pequeña una palmera a unos diez metros y se dirigió hacia ella, Mateo grito.
-          Eh, eh ,eh !! venid aquí todos, les gritaba Mateo  a su familia y el joven que se había ofrecido de guía, se despertó con el balanceo y el movimiento de los niños.

Mateo le dijo al joven Marco traedme un palo de acero y el un pico que llevo en mi carroza, el joven guía dormido y atolondrado perdido, sin ganas de trabajar, ni ayudar, fue por el palo y el pico.

Mateo empezó a picar y picar sobre la piedra con la ayuda de sus dos hijos, Jacinto y Cristóbal, hasta que la piedra se rompió un poco por la mitad, pero no había ni una gota de agua. De una vez,  Mateo cogió el palo de acero con todas las fuerzas y lo clavo sobre la grieta que habían roto y empezó a salir agua a presión como una fuente.

Así que los hijos de Mateo empezaron a aplaudir a su padre y ha balancearlo entre todos y muy contentos bebieron agua fresca y les dieron agua a los caballos y aprovechando para llenar la agua la cantimplora.
Se montaron al carruaje y se pusieron en marcha cuando la calor del sol ya apretaba mucho.

El joven Marco se espabilo en llevarlos lo más pronto posible para estar puntual a la boda del sobrino Martirio y llegaron sanos y salvos para arreglarse y ponerse los mejores vestidos y trajes.
Se presentaron a la celebración de la boda y después disfrutaron de un buen banquete y bailes.
El padre observaba muy contento y emocionado por verlos alegres, felices, sonrientes y de haberles salvado la vida y no haberse rendido en aquel momento donde todo lo empezó haber difícil, pero actuó sin alarmarse, para no dar preocupaciones a sus hijos y esposa.

Al final todos los asistentes a la boda, familiares, amigos, vecinos, conocidos y demás hicieron un brindis con las copas llenas de agua en el río de la Cortevella.     

 LA CORTEVELLA HECHA DES DE LO ALTO DE DETRAS DE LOS SENDEROS. 

Comentarios

  1. Me alegro, que todo acabara bien, y pudieran asistir a la boda... pero mejor no ponerse en manos de gente desconocida para aventuras que no conocemos...

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  2. Me alegro de que sigas tan animada con tus cuentos fantásticos. Besos

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  3. Gracias por tu comentario Llorenç. Se ha de ir con mil ojos ante los desconocidos y también ante aquellos amigos que te recomiendan y te hablan maravillas de una persona en concreto y después descubres que aquel o aquella, no era tan buena persona.

    Saludos

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  4. Yo también me alegro de que me sigas Beatriz. Besos

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