FARMACIA DE GUARDIA



EL DUENDE, LLAMADO SOLITO.




Solito, así es como se llamaba un Duende de un maravilloso bosque.

Cuando iba a la escuela los demás Duendes se burlaban de él, siempre lo tenían como el tonto de la clase y eso a Solito le entristecía, se sentía menos que los demás. Solo tenía dos amigas, unas Hadas con las que hablaban con ellas de lo que fuera. 

Solito nunca hablaba con el resto de los Duendes del bosque. Al acabar las clases se marchaba a su lugar donde se protegía y nadie sabía de él.

Dos Duendes de su clase, siempre eran los cabecillas de crear mal estar a Solito, para que se creyera que era tonto de verdad.
Un día sus dos amigas las Hadas, quisieron seguir el camino de 

Solito para saber donde iba. Muy despacito y sin hacer ruido al andar, para que el Duende no sospechara nada poco a poco lo iban siguiendo. De pronto Solito llego a una pequeña cueva del bosque. Las Hadas se detuvieron y un ave que estaba subido en la cima de un árbol, al lado de la cueva grito y el Solito giro la cabeza hacia atrás y solo vio unas ramas de se habían movido. 

El Duende entro a su cueva, pero poquito a poquito las dos Hadas se fueron acercando hasta la entrada de la cueva. Solito las vio y les pregunto…
-         ¿ Qué hacéis aquí ?, ¿ Por qué me habéis seguido ?. Este es mi lugar.

Las Hadas se quedaron sorprendidas de lo que había dentro de aquella pequeña cueva.
-         
    Las Hadas, respondieron, que solo querían saber ha donde ibas. Es maravilloso todo esto que estamos viendo.
-         Solito, les arbitrio que no dijeran nada de lo que acababan de ver.
-         Sus amigas las Hadas, le prometieron no decir nada.

Solito tenía una colección de figuras donde representaba a todos los Duendes y Hadas del bosque. Eran esculpidas de madera, todas muy curiosas y hechas sin faltar detalle por las manos del propio Solito. Por eso no quería que nadie del bosque supieran de su trabajo.

Sus amigas las Hadas, se quedaron estupefactas al verse ellas mismas reflejadas en figura de madera.  

 Al cabo de un par de semanas las Hadas volvieron a visitar al Duende, para comentarle que habían hablado con el resto de 
los Duendes, Ninfas… del bosque por que esto no era algo muy 
bueno para todos y seria divertido hacer una fiesta y celebrarlo. 

El Duende les dijo.
-         Sí vienen me quitaran todo y esto es solo mío, es lo que yo hago y ellos se llevaran mis figuras, no, no. Es mejor que no digáis nada.

Las Hadas, tranquilizaron a su amigo Duende, para que se quedara tranquilo, pero ellas tenían ya una sorpresa preparada para Solito.

Al día siguiente, se presentaron todos los seres del bosque para visitar al Duende, llamado Solito. Y fue nombrado como profesor de escultura del resto. Para que todos aprendieran a esculpir. Incluso aquellos que le habían hecho pasar malos ratos en la escuela, se hicieron amigos de Solito.   


                                                                                                           M.Pin@ 8/11/ 2018



Comentarios

  1. Bonito cuento y muy dida tico. Nos enseña que no es mas quien mas fuerte se cree sino quienes pisen valores muy estimables aunque no lo aparenten. Tiene que ver con el bulling. Un abrazo

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  2. La verdad es que sí. Lo leí de un libro de cuentos de Hadas, Nomos, Duendes... y me gustó mucho, escribirlo de forma resumida. Es con el mismo argumento del bulling en las escuelas de niños o adolescentes.

    Un abrazo

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