ASTÉRIX Y EL MAGNUM.
ASTERIX
Y EL MAGNU.
FELIZ DÍA DE LAS ABUELAS.
Cuéntale un cuento a tus hijos o nietos.
Era verano y hacia mucha calor, en pleno mes de agosto.
Sergio, un niño pequeño
de 9 años, pasaba horas enteras en el balcón de su casa. Se leía sus tebeos favoritos
de Asterix que le compraba su abuela. Y
así pasaba sus mañanas de cara a la montaña. Tomaba el sol y a la vez le corría
por su rostro una brisa de aire fresco. El niño cogía un bonito color moreno en
su piel mientras su compañía era la lectura de sus tebeos más queridos. Un bronceado
favorable con un aspecto radiante se iba poniendo. Sergio, estaba tan
concentrado con lo que descubría de Asterix, que parecía que estuviera viviendo
con los personajes dentro de cada novedad que le parecía. Se quedaba como en
otro mundo. La criatura, casi ni se
enteraba cuando su madre lo llamaba para entrar al comedor y sentarse a comer.
Un día mientras Sergio se estaba comiendo un delicioso plato de pasta italiana que le había preparado su madre con mucho cariño. El niño en un momento empezó ha escuchar unas voces que venían de dentro del congelador.
Sus padres y sus
hermanos estaban todos en la misma mesa del comedor, pero los gritos solo iban
hacia los oídos del más pequeño de casa. Se levanto rápido de la silla y fue
hacia la cocina, mientras su familia se quedaron sorprendidos por la rapidez
del niño.
Cuando entro a la
cocina se quedo parado un instante, para saber de donde venían esas voces y se
acerco a la nevera. Todo parecía estar normal. Se había dejado de escuchar.
Sergio, cerro la nevera ya que quizás estuviera todavía metido mundo de Asterix y sus personajes. Pensando bien en el suyo mismo.
Salió de la cocina y se
volvió para el comedor y siguió comiendo su pasta italiana.
Pero se empezó de nuevo
ha escuchar unas las voces aún más exageradas.
El niño volvió de nuevo
hacia atrás y fue directo al congelador. Allí descubrió encontró un envoltorio
abierto y alguien que no paraba de moverse con esas voces tan desesperantes. Se
trataba de un helado que le faltaba un trozo de su cuerpo. Se llamado Magnum y
estaba relleno de vainilla. Cubierto de
un fino chocolate con leche y tropezones de almendra.
El niño viendo que le
faltaba un trozo de cuerpo. Le preguntó.
Magnum, le respondió
todo tembloroso y asustado. – Ayer por la noche entro una niña pequeña y me dio
un mordisco con los dientes y me dejo herido.
El niño le respondió. –
Ya se quien es esa niña, la conozco desde que teníamos 6 años. Tranquilo, ya no
te volverá a pasar. Sergio cogió el helado y para terminar de comérselo en el balcón
junto su libro de Asterix.
M.Pin.@ 26/7/2020.
Ja, ja, ja.... qué bien me lo acabo de pasar y si encontrase en mi congelador un Magnum me lo comería junto con una taza de café bien caliente! Un cuento muy bonito y divertido, Mónica. NO sabía que las abuelas teniámos también nuestro día D Yo ya sabes que no soy nada nada de días D porque me parece que tienen que ser todos los días del año, los 365 días si no es bisiesto. Pues nada, me apetece irme a comprar un heladito como ese de la foto pero pereza me dá! Como no le peque un bocado al tuyo!
ResponderEliminarFeliz semana. Yo tengo otro nuevo post de hoy mismo. Abrazo
Pues, la verdad que sí. Me parece muy buena idea. El día de las abuelas tendría que ser los 365 día del año, la verdad.
ResponderEliminarA pesar de que yo tampoco soy de estar pendiente de ver o mirar haber que día DE es hoy.
Pues aprovecha para ir a comparte una caja de helados para tener en casa en el congelador, por que las temperaturas de hoy son muy exageradas y no nada mejor que estar fresca en casa leyendo un libro, escribiendo... sin olvidarme que el helado tiene muy buena pinta. Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja
Me alegro mucho que tengas otro post. Ahora me pasaré. Buena semana.
Abrazos
Los niños tienen un sexto sentido que se va perdiendo con la edad.
EliminarCuidemos a ese niño interior que se resiste a un mundo plano sin imaginación. Cuídate mucho. Un abrazo.
Hola María José. Buenas noches, guapa.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
Un abrazo
Holaa, Mónica!
ResponderEliminarQué bonito entretenido y gracioso, este cuento de Sergio con sus libros y su helado. Gracias por este rato de lectura llena de inocencia y ternura. Me ha encantado.
Un abrazo y bendiciones que te acompañen siempre.
Mil gracias por tu bonita huella.
Se muy, muy feliz, cuídate mucho.
Apreciable Marina.
EliminarBuenas noches. Se agradece muchísimo verte por aquí de nuevo.
Me alegra saber de ti y de que te guste mi cuento imaginario con todos sus ingredientes fantásticos y el gracioso gracioso niño llamado Sergio.
Muchísimas gracias por tus palabras, amiga mía.
Un abrazo enorme.
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