FARMACIA DE GUARDIA.

 MARCIANA. 

La navidad son fiestas en invierno donde se respira ilusión, confituras, serpetinas y alegrías.

- Chuf... son los tampones del cava que comienzan a destaparse.

- Clin, clin, clin, clin... suenan las copas que unidas de nuevo vuelven a brindar con emoción para volver a nombrar todos.- Salud, salud, salud y salud...

- Ton, ton, ton, ton, ton, ton... volvemos con las uvas de fin de año al son de las campanadas.

Trompetas y panderetas dándoles sonidos para festejar junto al calor hogareño de la familia.

Sin abrazo cariñoso sin darnos cuenta llega la noche de las cabalgatas de los Reyes Magos y al día siguiente el día de abrir los regalos. El entorno que nos rodea se vuelve mágico de sorpresa tras sorpresa.

Finalizan esos maravillosos días. Y una gran parte de la población, las familias se sienten felices, contentos y satisfechos de haber estado al lado de los suyos. Mientras otras muchas les toca pasarlas fuera de casa, sin un abrazo de sus seres más queridos. 

Los hospitalizados, los soldados, los enviados, los estudiantes, los médicos y otros servicios...

En las calles quedan esas luces de Navidad que alumbran en nuestro caminar. Pesebres que desmontar y tristemente abetos que retirar.

Que cortos se hicieron los días tan deseados, esperanzadores...

Cuantas cantidades de comidas fueron al cubo de la basura. Hechas con amor y cariño.

Se nos olvidó de llevarnos las manos a la cabeza y de ese espíritu solidario que llevsmos dentro. Sin acordarnos de aquellos que no comen cada día, por pura necesidad. Ni en un solo segundo nadie se acordó de guardar la comida para dárselas a las personas que duermen fríamente en la calle.

Que humanos más crudos nos volvemos. Felices estamos en casa con nuestros hijos y nietos pequeños dándoles sus biberones y calientes papillas. Los abrazos a nuestros abuelos, padres, hermanos... 

No me creo ni una sola tontería de estos comportamientos. Donde luego en misa todos son "majisimos". ..  y en la mesa se comparecen hablando de la crisis, de la miseria, de los empleos perdidos o familias sin hogares. Sería rentable actuar más y decir menos lo que no sentimos. 

Ahora toco la sexta campanada y seguimos bajando la guarda más fuerte que nunca. 

Sin vacunarse aquellos que se negaron porque parecía algo fuera de lo normal. Les tocó la hora y el momento de ponerselas. 

Sí o sí dejando de poner en peligro sus propias vidas y la de los suyos a la hora de hacer una visita de un familiar vulnerable. Por ejemplo; hijos, hermanos, nietos, sobrinos, abuelos...etc.

Sino permanecemos vacunados y necesitamos acudir al médico o al hospital por cualquier motivo, nos negaran la atención. 

Yo cumplo con las medidas de seguridad que la sanidad hospitalaria pública de medicina manda y aún después de pasar por los síntomas que da, no me convertido en marciana. 

Hacer por vuestras vidas y así fluira todo hacia buenos términos, sin ir a más. No hagamos imprudencias por que lo veamos hacer a otros. Así es como pararemos las huellas contagiosas de aquí y allá.      

Bueno mis queridos amigos blogueros. 

Me alegro un montón de volver de nuevo con todos vosotros. Y de seguir compartiendo buenos momentos un año más. Siempre hacia adelante luchando por vivir los bonitos días que tenemos de vida y por hoy hasta aquí. Un año nuevo con muchas cosas. 

                                                 M.Pin.@.