FARMACIA DE GUARDIA

JARDINES PASEO SANT JUAN. ARCO DE TRIUNFO .     Nos levantamos temprano para no pillar todo el chorreón de la calor en dirección al Paseo Sant Juan de Barcelona. Al bajar del autobús nos fuimos directos al Mercado provisional de l’Abacería Central. Allí entramos para almorzar. Los bocadillos de pan con tomate y su jamón del país, estaban riquísimos, crujientes, frescos, recién hechos. En fin para chuparse los dedos. Fue un placer tan buen y gustoso almuerzo, para después aguantar durante el día visitando sitios. Conociendo cultura, de la que me faltaba por ver más de cerca, y no solo des de los cristales de un autobús cuando pasaba por casualidad. Caminando hacia abajo, por los jardines del Paseo Sant Juan, vi una fuente que me llamo la atención, aun no la había visto de frente a mi, pero por su capucha y un animal a su lado, me imagine que era la Caperucita Roja y el Lobo. Y así fue. Imaginaros que sorpresa la mía, me encanto verla. Aproveche hacerme una fotografía con esa e

  NIÑEZ. En 1974 nací en la Maternal del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, que en aquella época se llamaba Residencia Francisco Franco. La unidad de partos, en aquel entonces estaba regida por monjas.  A los 3 meses de vida me pusieron la vacuna etrivalente y me provoco unas reacciones adversas muy fuertes hasta dejándome paralizados mis pequeños y frágiles riñones.   Los médicos empezaron ha tratarme con corticoides para ayudar a la función renal. Que después, más tarde a los 10 meses de vida me hicieron una biopsis en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona.  Aquellas vacunas las trajeron de fuera, y no estaban en condiciones, para ser administradas a los niños.   Aquí con mi madre en su regazo las dos sonrientes. Ella era feliz si me veía sonreír, pues también sonreía mi querida madre. Era feliz cuando sentía mi cuerpecito a su lado. Me tenia bien abrigada para no resfriarme y  protegida entre sus brazos, con ese  calor de madre con su pequeña. Parece just

LA BAÑERA.   Cuando me críe con bañare, fueron unos que podía disfrutar momentitos donde mi cuerpo se relajaba muchísimo más que ahora. En los meses de invierno me hacia baños espuma de agua caliente y el champú que hacia sentirme más bien aun. Cuando llegaba el verano era una locura, con esos días de autentica calor, me sentía achicharrada, parecía que el mundo se caía todo sobre mi, siempre me iba por donde veía algo de sombra, pero eso sí. La bañera me la ponía con agua fresquita y sin baños de espuma, por que mi único deseo era sentir el agua bien fresca y el alivio de como me iba bajando la temperatura corporal, mientras me  metiendo la cabeza hasta abajo y la sacaba, así me pasaba una hora u hora y media, como si estuviera en una piscina publica como las que existen hoy día. Cuanto goce de esta bañera, madre mía, cuanto y lejos te veo yo. No sabes lo que te echo de menos quería bañera mía. Fuiste mi alivio total. Siempre salía nueva, mi cuerpo lo tenía fresco en verano y cáli

                                                   TARRASSA . Una visita programada y escogiendo el día más indicado para poder estar en compañía de mis primos del cuales hacia muchísimo tiempo que no nos veíamos por los complicados horarios de trabajo y después todo el aislamiento que nos provoco el Covid19, no había forma de salir de la ciudad, pero al fin la visita turística y en la mejor compañía se nos hizo realidad. Comenzamos el día levantándonos a las 7 de la mañana y viendo un precioso amanecer acompañado del vuelo de unas gaviotas de des de la ventana de mi habitación. Salimos de casa dirección a Tarrasa. Allí nos esperaba una prima nuestra con todo el entusiasmo para enseñarnos puntos turísticos de la ciudad. Lo primero que hicimos, fue ir ha desayunar, después cogimos el autobús que nos llevaba directamente al centro de la ciudad. Lo primero que visitamos fue, El Museo de la Seu d’Égara. Egara, es un municipio de la Hispania romana y visigoda compuesta por tres iglesi