FARMACIA DE GUARDIA.

EL TEMPORAL. 

En Arties hoy había amanecido con una intensa niebla y era imposible ir al paseo hasta la parada del autocar. 

La directora de la escuela ya los tenía avisados a todos los alumnos,  que los días de intensa niebla el autocar escolar no pasaría por los pueblos a recoger a nadie.  Y serían respetados sin ir a clase, pero  aprovechando esas horas para estudiar en casa con más tiempo. Adelantar deberes,  leer... de la misma manera que se  presentaban fuertes días lluvias ir por los pueblos era mas peligroso, al igual que cusndo las carreteras estaban cuajadas de nieve. No había clase. 

La abuela Alba, sabía bien que su nieta Alexandre iba muy era muy buena estudiante y las asignaturas siempre las aprobaba todas. La niña era buenamente responsable y jamás dejaba los estudios o ayudar en las tareas del campo de sus abuelos y sus padres. Para ella primero era su aprendizaje y sus familia y la devoción  era lo último. 

Alexandre no era caprichosa, ni pedía nada a sus padres para viajar a conocer otros mundos o para gastarselo en fiestas con sus amigos de su edad. Ella tenía claro que la vida teníau un gran valor y no era fácil el trabajo rural. Se dependía de mucha mano de obra y ganas de sacrificarse por la salud de sus padres y los abuelos. 

Tenía claro que quería ir a la Universidad y estudiar la carrera de medicina para  pacientes con enfermedades crónicas cuando acabará en el Instituto. 

Alexandre y su abuela Alba cuando tenían la ocasión de estar juntas en casa disfrutaban de la repostería. 

Aquel día después de la cantidad de niebla que hubo por la mañana, al llegar la tarde empezó a levantarse un aire muy frío hasta que empezó a caer copos de nieve. 

La abuela y nieta hicieron una buena tetera de cacao caliente en la cocina de leña americana. Y unas ricas filloas para acompañar en unos tazones de barro el delicioso cacao con cereal de castañas. 

A través de los cristales de la ventana de la cocina ya se podía ver una tarde de nieve, pero Alexandra nunca salía a jugar con ella por qué le gustaba mucho más aprender de la recetas de su abuela Alba. 

La nieta siempre tenía una sonrisa en la cara. Disfrutaba de todos los momentos del día a día y era feliz de todo lo que aprendía.  Era muy espabilada y de pequeña había sido criada con los mínimos mimos.  Pero ella entendía que sus padres trabajaban duro, para poder pagar todas las necesidades básicas de los tres hermanos; Lucía, Felix y Alexandra. Sabía que había poco tiempo para mimos, pero los hechos para Alexandre era lo suficiente como para sentir suficiente amor y cariño de su familia. No le faltaba nada, su hermano Felix era su ojito derecho. Su hermana Lucia se la comía a besos de lo mucho que la quería y sus abuelos lo eran todo al igual que los padres. Su abuela era como una gran maestra en la cocina para ella. Significaba mucho y su madre Margarita era lo más grande que le había regalado la vida. 

Su abuela Alba, la miraba con esa gran satisfacción de tener una nieta menor de edad, pero con muy buenas labores en donde ella se integraba. Significaba que tenía unos principios de provecho. 

Continuará.

                                  M.Pin.@.