FARMACIA DE GUARDIA.

 LAS VIVAS. 

 Vídeo de Amaya Montero. Te voy a decir un secreto.

Mi queridísima madre. 

¿ Qué voy decir de una madre como tu, cuando lo eres todo para mi ?.

Tu eres esa madre incondicional en mi. Que te desea lo mejor, la que brindo por ti. 

Te doy mil gracias por lo que me has enseñado, apoyado, ayudado y que aún lo sigues haciendo, pero se que ahora somos todos mayores y las cosas son algo más distantes, pero aún y todo, gracias por todo que has enseñado a lo largo de la vida. Por ser la protagonista de mis cuidados, por hacerme ver tantas y tantas veces, que la vida es maravillosa, por que en la realidad lo es. Hasta los malos momentos son también fueron buenos para saber de todo. Me diste el nacer y así pude ver el mundo cuando llegué. Me arropaste en tus brazos y sentada en tu regazo me diste calor cuando tenía frío. También me diste baños de agua tibia cuando tenía mucha calor en los veranos calurosos. Me protegiste del sol de la playa con protector solar, sombrilla,  sombrerito y una toalla.  

Jugaste conmigo en la arena, mientras escuchábamos las relajantes olas del mar.

Y me llevabas a la calle con los juguetes cuando me recogias de la guardería o del colegio. 

Me diste los jarabes para cuidar mis constipados y la tos del pecho. Y las aspirinas para bajar la fiebre, sólo cuando me hacía falta. Me sorprendías con esos pasteles de bizcocho que hacías al horno cuando llegaba el día de mi cumpleaños entre más amigas para que pasara momentos mágicos. Me llevaste a jardines y parques floreados cuando llegaba el buen tiempo de primavera y verano. Ma ayudabas a leer los cuadernos por las noches cuando me ponías el pijama. También a sumar y restar.

Solo te enfadadas cuando sabias que alguna cosa no había hecho bien y cuando me equivocaba en pronunciar alguna palabra, de mis cuadernos de lectura. Pero seguía  recibiendo tus caricias, de tus suaves manos. Aún estaba creciendo poco a poco. 

Me peinabas con todo tu cariño y me enjabonabas en la bañera con toda tu dulzura y mucho primor. Siempre sabías cuando estaba contenta y cuando no lo estaba, por que conocías mi genio infantil, como yo el tuyo igual. 

Fuiste una gran trabajadora. Trabajaste muchísimo. De sol a sol y de tormenta en tormenta. Como otras mujeres que han trabajado toda su vida. Quisiste hacer creer que los Reyes magos no erais vosotros papá y tu, para mantener esa ilusión cada año. Y soñar con la mágica noche de los Reyes Magos. Me hacías comidas que pudiera comer, por mi estado de salud. Sí me caía, me ayudabas a levantarme del suelo. 

Por las noches me señalabas con el dedo por la ventana la luna llena. Y aquellos fuegos artificiales en las verbenas de San Juan. No quitaba los ojos de ellos cuando veía chispas de colores.  

Aprendí a cocinar cuando tu te ponías hacer la comida o la cena. Y aquellas tardes muertas las iluminabas haciendo bizcochos y tartas al horno. 

Hoy soy yo, la que te sorprendo aunque tu también, no me dejas de seguir sorprendiendome en la cocina. 

Ahora me toca hacerte a ti todos esos dulces, esas tazas de chocolate que tanto te gustan con melindros y risas donde se ven alegrías.  

Deseo que hayas pasado un buen día a nuestro lado. 

Aquí dejo un especial vídeo donde sale mi hermosa y guapísima madre entre otras madres jóvenes y otras madres un poco más mayores. Por muchos años más de estos. 

PAELLA DE VERDURAS.

 

  

PASTEL DE TRUFA CON  NATA Y CAPAS. 

 

 

                                                   

                                                    M.Pin.@.